Las advertencias contra la limitación de las plazas para estudiantes internacionales dicen que los cambios podrían poner en peligro miles de puestos de trabajo y frenar gravemente los esfuerzos de investigación de las universidades.

Un proyecto de ley anunciado en mayo por el Ministro de Educación, Jason Clare, le otorgaría el poder de fijar un número máximo de nuevas matrículas de estudiantes internacionales para cursos y proveedores.

Casi de inmediato, destacados expertos en política describieron la propuesta como una «receta para el caos».

Tara Cavanagh es Directora del Grupo de Política de Inmigración del Ministerio del Interior.

Según ella, las leyes introducidas en el proyecto de ley son necesarias para gestionar mejor un sistema migratorio en el que la gente utiliza los visados de estudiante para eludir las vías habituales de entrada en Australia.

"Hay pruebas de explotación de estudiantes extranjeros y de agentes del sector que tratan de subvertir los sistemas de migración y educación de Australia para permitir la entrada de personas en Australia con fines distintos a los estudios. Esta explotación puede ir desde la oferta de productos educativos de mala calidad hasta elevadas tasas de matrícula y falsas promesas de vías para la migración permanente. El problema se extiende a casos graves de tráfico sexual, trabajo forzado y condiciones similares a la esclavitud para las personas que entran en el país con visado de estudiante. Estas actividades y su financiación están sirviendo de apoyo a redes de actividades delictivas dentro y fuera de Australia».